Ads Header

jueves, 31 de mayo de 2012

Reseña de "La gramática del amor" de Rocío Carmona

La gramática del amor. Rocía Carmona. La Galera S.A. Editorial, 2011. 
Una dolorosa decepción amorosa llevará a una sensible jovencita a optar por una extraña –pero comprensible– catarsis: leer novelas de amor, reflexionar sobre ellas y exorcizar sus propios fantasmas emocionales.
Pero como en los mejores dramas las cosas no son sencillas y otras circunstancias, otros extraños amores la acechan con su estela de angustias e involuntarias desazones.
Un desconcertante galán, una amiga de conmovedora promiscuidad, un guapo bibliotecario hipster y un torturado profesor se pasean con impune glamour por las breves páginas de esta obra de factura española, ambientada en un selecto colegio británico.
Diversas blogueras le echaban buenas críticas a este libro y reconozco que estaban en lo cierto en sus elogiosas recomendaciones. Aún más, superó mis expectativas en cuanto al estilo que, en la tónica del género, se presenta directo, sin demasiados artificios ni demoras que puedan obstaculizar el desarrollo de la acción principal. Diálogos sencillos, las sabidas ideas sobre el amor y las relaciones adolescentes enfocadas con destreza hacia el “imprevisible” desenlace. Pero no nos dejemos engañar por ese aire de artificio juvenil, ya que hay más calidad de la que se exhibe a simple vista. La autora elabora con mucha solvencia un fino tratado sobre el amor actual y su aprendizaje doloroso.
Lo mejor sin duda la referencia a grandes novelas de amor como Al sur de la frontera, al oeste del sol de Murakami, El amor en los tiempos del cólera, Orgullo y prejuicio o Cartas de una desconocida de Zweig, entre otros clásicos.
El personaje: La juerguera Martha, amiga de Irene y de todo aquello que tuviese testosterona.
La frase: «El amor que permanece oculto, que no se expresa, se convierte en un monstruo que devora corazones. Hay que arriesgarse y dejarlo salir, aun a riesgo de estrellarse».
La escena: Irene, la protagonista, va a las montañas con Peter, su profesor, y él le enseña un bello paisaje de nubes, muy similar a una famosa obra del pintor Caspar David Friedrich, ícono del Romanticismo.
Richard Daniel Alejos Martín
UNFV
UPCH
Read more

martes, 29 de mayo de 2012

Entrevista al grupo poético Parasomnia


Gran iniciativa de este grupo poético quienes aquella noche del domingo pasado fueron entrevistados por Radio Stéreo Villa, Villa El Salvador.


Read more

domingo, 27 de mayo de 2012

Reseña del libro El hijo de Stalin de Robert Harris

El hijo de Stalin. Robert Harris.
Para los que conocieron la Guerra Fría y aún viven, la actualidad debe ser un mundo incomprensible, tal como lo fue para los contemporáneos de la II Guerra Mundial o para los rusos que sufrieron el yugo comunista. Para estos últimos, acostumbrarse al vértigo del capitalismo salvaje y vivir la destrucción de un modelo de hacer política y su reemplazo por otro mucho más distorsionador, debió significar un vuelco tan radical que no todos pudieron asimilarlo.
Más aún, no pocos deben añorar el retorno del antiguo régimen y su papel preponderante en la vida de cada individuo.
En esta novela se juega con una figura mítica y siniestra, la del camarada Iósif Vissariónovich, llamado Stalin y un improbable hijo suyo que emerge en estos tiempos de caos y decadencia para liderar a su pueblo y devolverle la dignidad perdida.
Aunque se trate de una obra de ficción, se retrata con auténtica verosimilitud, las posibilidades muy reales del comunismo para hacerse con el poder en la ex URSS de finales de los 90. Se echa una mirada si bien somera, pero bastante reveladora sobre la realidad de ese grandioso pueblo semi aletargado por aquellos días, tal como le ocurrió en muchas etapas de su larga historia.  
Asimismo, se combina hábilmente el ritmo del thriller y la novela política con muy buenos resultados ya que la obra atrapa desde el inicio y no da tregua. Se sufre y suda bastante con el protagonista, Kelso, que es un talentoso historiador, ex profesor de Oxford, algo desprestigiado quien, de pronto, se ve inmerso en un complot que cambiará de plano toda la política mundial.
De pasada nos enteramos de los entretelones y manejos de alto nivel luego de la muerte del cruel dictador ruso, al mismo tiempo que se nos revela algunos detalles curiosos de su azarosa vida.
Muy recomendable para los que gusten de este género y de otros libros de Robert Harris que, como se sabe, ya han sido llevados a la pantalla grande con éxito. 
Read more

jueves, 24 de mayo de 2012

Reseña de "El otro engendro" de Carlos Enrique Saldívar

El otro engendro. Carlos Enrique Saldívar. Bohemia Lux. Lima. 2012.

No sería fatigoso constatar en lo que Saldívar ha llegado a convertirse: ser un escritor rotundo de lo perverso. Estrictamente, no explora lo terrorífico o lo extraño, sino es de aquellos que nos sumergen en la esencia de la perversidad pura. Las criaturas que nos acechan -deliciosamente malignas- en sus relatos,  nos aseguran, a la vez, grandes cuotas intolerables de repulsión y sobresalto.   Sus cuentos nos dejan esa incómoda sensación de haber atisbado algo pavoroso y abominable. Esta sensación  es mucho más intensa y brutal cuando se remata con esa irreverente, e infaltable, cuota de humor negro. Algo que  el autor parece prodigarnos con retorcido placer.
Sin ello, no habría otra explicación para comentar El otro engendro, este corto texto que hoy nos ocupa: Astutamente, el autor en él apela al recurso de la intertextualidad y acierta con largueza cuando le rinde homenaje a Frankenstein, la gran novela de Mary W. Shelley. Sin duda, no hay mejor obra para indagar en el origen y madurez de este género (o especie, o subgénero) literario.
Justamente Saldívar aprovecha este detalle para construir un personaje  tenebroso, un impensado agente del mal quien contamina, adiestra y pervierte el espíritu aún semivacío del monstruo; desvía y deforma la simple curiosidad de este, en acendrado rencor;  modela, incentiva e intensifica,  cizañoso y pérfido, la anormal conciencia de la infeliz criatura. Finalmente su esencia malvada aflora como un volcán, y ya sabemos los lectores de Shelley cuáles serán las consecuencias para el doctor Victor  Frankenstein.
No anoto las resonancias y simbolismos de los temas  que en sí se nos antojan infinitos: el mal, la consciencia, el “buen salvaje”, el doble, civilización contra naturaleza, complejo de Edipo, relación sexualidad y maldad, entre otros  por el estilo.
Más bien, destaco el juego intraliterario, sobrio, logrado. Y a este respecto, recordemos la noble ascendencia de este recurso y aún su plena vigencia. Desde la novela decimonónica francesa, y señaladamente en el Romanticismo, hasta la de más extensa fama: la Saga de Chutlhu que, con los años, fue enriquecido por otros autores ajenos a Lovecraft. Asimismo, lo encontramos en el ciclo artúrico y el cantar de gesta, y que se extiende hasta la actual Fantasía Medieval (o Fantasía Épica), y mejor paramos de enumerar.
Por último ¿Qué son las obras clásicas griegas, épica y tragedia, sino bellos diálogos intertextuales –e intratextuales- con sus numerosos mitos que les sirven de fuente? Y, si pecásemos de maximalistas, tendríamos a la novela histórica, que es un afluente más del desmesurado  metarrelato que es la Historia.
Richard Daniel Alejos Martín
UNFV
UPCH
Read more